La belleza dionisíaca es una belleza perturbadora, que no se expresa en las formas aparentes, sino más allá de las apariencias. Se trata de una belleza alegre y peligrosa, totalmente contraria a la razón y representada, a menudo como posesión y locura: es el lado nocturno del apacible cielo ático, que se puebla de misterios iniciáticos y de oscuros ritos sacrificiales, como los misterios eleusinos y los ritos dionisíacos. Esta belleza nocturna y perturbadora permanecerá oculta hasta la época moderna, para configurarse entonces como el depósito secreto y vital de las expresiones contemporáneas de la belleza, tomándose la revancha de la bella armonía clásica.
U. Eco, Historia de la belleza (trad. cast. Barcelona, Lumen)
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